La Semana de Gala ha reservado la mañana del 2 de octubre para rendir homenaje a Antonio Gala, en el día en que habría cumplido 94 años. La Fundación Antonio Gala, en Córdoba, ha develado este jueves una escultura de Antonio Gala. El busto anunciado es, en realidad, una estatua de gran porte que representa al poeta de medio cuerpo, con bastón en mano y vestido con chaqueta y pañuelo. La obra ha sido presentada esta tarde al público en un acto entrañable que ha impregnado el centro de la ciudad.
La estatua es obra de César Orrico, Premio Reina Sofía de Escultura y Pintura además de alumno becado por la fundación Antonio Gala hace 15 años, ha hecho que Córdoba redescubra a uno de sus escritores de cabecera, que a partir de ahora, vigilará de cerca los designios del Gran Teatro y de todo lo que acontezca en la ciudad, desde su epicentro. Alrededor de la escultura, se lee una de las mayores declaraciones de amor realizadas a Córdoba, la de Antonio Gala, que pese a haber nacido en Brazatortas, aseguró sin lugar a dudas que "ser de Córdoba es una de las cosas más importantes que se puede ser en este mundo".
César Orrico Méndez nació en 1984 en Logroño_ Rioja y tras haber cursado sus estudios de Bachillerato Artístico en la Escuela de Artes y Oficios de Logroño, en el año 2002 se traslada a Madrid para licenciarse en Bellas Artes en la especialidad de Escultura por la UCM en 2007.
En 2008 finaliza sus estudios en el Master Oficial de Posgrado en Arte, Creación e Investigación por la Universidad Complutense de Madrid con la calificación de Matrícula de Honor.
Entre las becas disfrutadas destaca la de Iniciación a la Investigación UCM 2007-2008, con un proyecto titulado Nuevos planteamientos de materiales industriales. Materiales definitivos y directos en el lenguaje expresivo de Bellas Artes. Además, durante ese curso es nombrado becario honorífico de Escultura también por la UCM. En 2007 disfruta la beca de Escultura de Ayllón (Segovia), y en el curso 2006-2007 se le otorga la beca de Colaboración con el departamento de Dibujo I de la Universidad Complutense de Madrid.
El escultor afirma que lo difícil era representar a Antonio Gala con vida, que al ver la escultura pareciera que se va a mover. Esto le genera mucha emoción y también una gran responsabilidad por haber recibido esta oportunidad. A partir de ahí, empezamos a hablar de la escultura en sí.
En principio, se barajó hacer un busto, de hombros hacia arriba, pero claro, había que hacer alguna alusión a los atributos que llevaba siempre Antonio como el pañuelo y sobre todo, su bastón. Entonces, comenté que había que hacer algo más grande y mostrar las manos y esa manera tan peculiar que tenía Antonio de sostener el bastón, que más que cogerlo parecía que lo acariciaba.
Durante la ejecución del proyecto, tuve varias conversaciones largas con Francisco Moreno, el presidente de la fundación, y con su sobrino y director, José María Gala, para decir qué vestimenta era la más adecuada, cómo se sentía él más cómodo, hasta llegar al resultado final. Una de las principales claves que decidimos desde el principio era que mirara hacia el Gran Teatro, ese lugar que tantas alegrías le dio.
Bibliografía : https://www.diariocordoba.com
https://www.fundacionantoniogala.org
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