La biblioteca principesca del Palais Liechtenstein,(el palacio Liechtenstein se encuentra en Rossau, hoy integrado en la ciudad de Viena, en el distrito de Alsergrund), en Viena _ Austria, fue diseñada por Joseph Hardtmuth (1758-1816). Un exitoso arquitecto, inventor y empresario austriaco que, antes de inventar el lápiz, en 1789 inventó un nuevo tipo de barro con un esmalte sin plomo, que más tarde paso a llamarse porcelana de Viena. Conserva las colecciones del Museo Liechtenstein y pertenece a la casa de Liechtenstein.
La biblioteca mide 56 metros de largo, de triple pasillo articulada por dos filas de columnas jónicas, que originalmente era parte del antiguo Palacio de Liechtenstein en Herrengasse y fue uno de los principales lugares de interés de Viena. Terminado en 1791, el mobiliario fue obra del ebanista Josef Vogl, mientras que el trabajo de estuco fue ejecutado por Martin Karl Keller y las esculturas fueron talladas por Johann Martin Fischer, entre otros.
La decoración interior ofrece espectaculares ejemplos de frescos como la serie de Andrea Pozo en el Salón de Hércules, en el que la pintura se torna arquitectura en un magistral uso del trampantojo, o «La Caída de los Titanes» de Johann Michael Rottmayr.
Los libros fueron archivados de acuerdo con consideraciones estéticas, es decir, el color de las fijaciones. Estos van desde vitela lisa hasta encuadernaciones de cuero dorado y adornos decorativos de papel barroco.
Técnica decorativa en encuadernación consistente en la utilización de oro en papel o en película para fijar el diseño realizado por el encuadernador. El dorado puede ser realizado a mano o con planchas, mediante una prensa o volante, y se puede aplicar en lomos, tapas, guardas, estuches, etc. El dorado con oro tiene sus raíces en la encuadernación Persa, datándose ejemplares que incluyen esta técnica al menos desde el siglo XIII.
La biblioteca de los Príncipes de Liechtenstein contiene actualmente alrededor de 100.000 volúmenes de todos los campos del conocimiento del siglo XV al siglo XIX y refleja las funciones políticas, las riquezas materiales y la influencia de la Casa de Liechtenstein, así como los intereses personales de cada miembro de la familia.
Desde que el Príncipe Karl I de Liechtenstein (1569-1627) comenzara a reunir obras de arte, esta colección no ha dejado de crecer bajo el amparo de una de las casas nobiliarias más poderosas del Imperio Austro-Húngaro.
La rehabilitación del Palacio Liechtenstein como una de las sedes de la Colección Principesca se ha realizado con el propósito de crear una atmósfera única que recree su origen y el espíritu que su constructor, el príncipe Johann Adam Andreas I, se marcó: crear el perfecto cosmos barroco en el que desde los tapices y el mobiliario a los frescos y los jardines reflejan la época de esplendor de la nobleza imperial.
Desde el primer instante, un paseo por la biblioteca del Palacio Liechtenstein es un regreso en el tiempo al barroco. Lo primero que se encontrará el visitante es una magnífica biblioteca que se ha conservado como en sus primeros tiempos. Sin iluminación artificial y con su decoración original, supone el primer punto del recorrido por un museo en el que continente y contenido compiten en majestuosidad y elegancia.
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