"Ángel Caído y Venus", obra de Alexandre Cabanel, de 1874 y con unas dimensiones de 121 x 190 cm, de 1847, ubicado en el Musée Fabre en Montpellier _ Francia.
Cabanel reutiliza un famoso episodio de la mitología de la Antigüedad: Lucifer, que significa "El que da Luz". Este tema, que tuvo mucho éxito en el siglo XIX, proporciona a algunos artistas la oportunidad de abarcar el erotismo, sin chocar al público, gracias a la coartada de un tema clásico.
Detalle de la obra |
Será también en Italia donde Cabanel beba, como ya hicieron otros tantos artistas, de la tradición de los grandes maestros de la pintura italiana. En su Ángel Caído realiza un estudio anatómico muy manierista de la figura de Satán, donde abandona la clásica representación de la cohorte de ángeles empujada hacia el Infierno.
Es retratado por Alexandre Cabanel como un ser revestido de una imponente belleza física. El ángel más bello de los cielos acaba de ser desterrado por su soberbia y orgullo.
Ángel Caído y Venus obra de Alexandre Cabanel |
Si bien presenta un verdadero estudio anatómico del cuerpo humano recreándose en la belleza del mismo a través de líneas sutiles, un colorido espectacular y una luz que se difunde por toda la composición. El ángel caído fue pintado por el artista durante su estancia en Roma; los músculos fuertemente marcados se combinan en este lienzo con una iracunda mirada de desprecio y rabia contenida. Como sea, el otrora ‘Hijo del Alba’ aparece en el lienzo de Cabanel con un divino esplendor corpóreo, en actitud de ocultar su rostro ante las huestes de San Miguel que están esparcidos por el cielo.
Su obra fue especialmente conocida y reclamada por los coleccionistas internacionales y por las instituciones, y fue uno de los artistas preferidos de los emperadores Napoleón III y Eugenia de Montijo.
Bibliografiía: http://arte.laguia2000.com