lunes, 19 de enero de 2015

El Museo Davanzati de Florencia _ Italia


El Museo Davanzati fue construido hacia 1330, por los Davizzi, una familia perteneciente al gremio de la lana. En 1578, pasaría a manos de los Davanzati y sería la residencia familiar hasta principios del siglo XIX. En 1904 fue adquirido por el anticuario Elia Volpi y en 1956 se inauguró como museo.

El maravilloso edificio constituye un ejemplo casi único de la típica morada florentina del siglo XIV, a medio camino entre la torre medieval y el palacio renacentista. En propiedad de los Davanzati, que fueron sus propietarios hasta finales del siglo XIX. 


El Museo Davanzati


Puesto que sus primeros propietarios, los Davizzi, fueron comerciantes de lana, en la fachada pueden verse todavía los ganchos que se utilizaban para secar los tejidos (amén de colgar banderas para las celebraciones cívicas). El acceso al palacio se hace, hoy día, a través de la antigua loggia, un espacio en el que se celebraban los más diversos eventos familiares: matrimonios, velatorios… Precisamente, por tener este carácter semi-público, la sala contaba y cuenta todavía, con cuatro estructuras defensivas en el techo, por las que se podía lanzar aceite o plomo fundido a posibles atacantes (se abrían desde la Sala Grande de la planta noble donde pueden verse las trampillas en el suelo).



Cocina en la última planta del Palacio 


A diferencia de otros palacios, este contaba con una gran comodidad para la época: un pozo que suministraba agua a todas las plantas de la casa. La acometida se realizaba mediante un cubo, alzado por una polea que ascendía por un patio menor. Así se llenaban los baños y se proporcionaba agua a la cocina, situada en la última planta, como era habitual en las casas florentinas del Trecento, para que los humos y olores se disipasen con mayor facilidad.


Detalle de una de las Salas del Palacio Davanzati


El museo presenta gran interés por la arquitectura de sus salas y por sus decoraciones murales, algunas con motivos geométricos, típicas de las casas del siglo XIV. La decoración con muebles, pinturas, tapices y objetos de uso doméstico corresponde en su conjunto a la de una casa patricia florentina de los siglos XIV a XVII. 

El palacio Davanzati conserva la decoración de sus paredes, muy abigarrada, plagada de motivos naturales y pintada en ricos colores, que fue típica en la época. La Sala de los Papagallos o la de los Pavos son dos ejemplos deslumbrantes de este tipo de palacios privados de la Florencia medieval.


Decoración profana del Palacio 


En 1951, el palacio fue comprado por el estado, que lo transformó en "Museo de la Casa Florentina". En el museo había muebles de época, cerámicas, utensilios domésticos y telas provenientes de otros museos florentinos. Hoy, los muebles se encuentran en el museo de Philadelphia. Actualmente, el palacio se está restaurando cuidadosamente.



Detalle geométrico del Palacio del Davanzati


El Palacio Davanzati fue el primer edificio de la ciudad que tuvo vidrieras en las ventanas, en lugar de las telas impregnadas de aceite, que se usaban en la Edad Media. En el centro del patio, hay un pozo, un lujo para aquella época, que, gracias a dos cisternas y un sistema de poleas, permitía que se llevara el agua hasta el primer piso. Una escalera empinada, de piedra, sube a los pisos superiores. Son interesantes la Sala de los Papagayos y la de los “Pavoni” (pavos reales), las dos están completamente pintadas con frescos coloridos y ornamentales, y en las paredes se conservan las decoraciones originales.


La Sala de los Papagayos y la de los “Pavoni”


También son importantes las numerosas pinturas con motivos profanos y religiosos, entre los que destacan el tríptico de Lorenzo Monaco que representa a la Virgen con el Niño y santos, de 1410, el medallón del siglo XV que representa el Juego del "Civettino", del Maestro del Arcón Adimari y José conducido a la cárcel de Francesco Granacci. Entre las esculturas, destaca el busto de muchacho de Antonio Rossellino, además de dos bustos de emperadores de la escuela de los Della Robbia. Son de gran interés las colecciones de cerámicas y azulejos de los siglos XIV a XVIII, provenientes de varias fábricas.



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