Saint Paul de Vence es una pequeña localidad francesa situada en la Costa Azul a los pies de los Alpes. Conserva un casco antiguo medieval cuyas fachadas son un fiel reflejo de su rica historia. La capilla del Rosario se ubica en una colina. Tiene una forma similar a una L, con una longitud de 15 metros por 6 metros de ancho, estando el extremo más largo destinado a los fieles y el extremo más corto a las monjas dominicas. Ambas partes están orientadas hacia el altar. donde el altar esta colocado en ángulo justo en la intersección de los dos extremos.
El altar de la capilla del Rosario |
El altar es de piedra de color marrón claro, elegido especialmente por Matisse por su parecido con el color del pan eucarístico. El artista también diseñó el pequeño crucifijo de bronce situado sobre el altar, los candelabros de bronce, y el pequeño tabernáculo. Las lámparas que cuelgan del techo son de hierro forjado y fueron realizadas por artesanos locales de gran tradición en esta disciplina, según los diseños del autor.
Conjunto de los bocetos finales de las vidrieras diseñadas por Henri Matisse |
Hay tres conjuntos de vidrieras, a las que Matisse dedicó mucho tiempo. En los tres conjuntos únicamente se hace uso de tres colores: un amarillo intenso que representa al sol, un verde intenso a la vegetación y un azul intenso por el agua (mar mediterráneo) y el cielo.
Vidriera “el árbol de la vida” |
Nos encontramos con unas vidrieras que tienen dibujadas unas hojas alabeadas ordenadas de tal manera que parecen brotar de las paredes contiguas. Las flores se rozan alternativamente en la parte inferior y superior de la vidriera configurando un patrón de ondas horizontales, a veces amarillas y otras azules. La onda es el símbolo de la eternidad.
Matisse realizando un boceto para sus pinturas de la capilla del Rosario |
En la vidriera que encontramos detrás del altar, aparecen distribuidas hojas con diferentes formas y tamaños en color amarillo sobre fondos azules y verdes . El tema del árbol de la vida no ocupa la totalidad de la superficie, ya que desaparece en la parte superior creando una contraoscilación con el arco de medio punto de la ventana como si fuera un paño colgado únicamente por los cantos. Matisse quiso en esta vidriera producir el efecto de una tela tensada sobre la ventana.
La mayor parte de los dibujos para los frescos los realizados sobre cerámica se trazaron muy rápidamente, en algunas horas cada uno, pero después de largas sesiones de estudios previos repetitivos por parte de Matisse que cuenta que los realiza: “como un rezo que se repite cada vez mejor”.
Cuando Matisse comenzaba con las pinturas de trazos de color negro sobre azulejos blancos sufrió unas dolencias que le dejaron postrado en cama, por lo que tuvo que utilizar un palo largo con un pincel atado con el que pintaba sobre una cartulina colocada en la pared. Poco tiempo después, continuaría con sus pinturas desde la cama o desde una silla de ruedas. Estos diseños serían traslados a los azulejos definitivos por expertos artesanos de Vence.
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