La artista multidisciplinaria Victorine Müller ha estado utilizando sus habilidades de experta en estructuras para esculturas durante años. A diferencia de la escultura típica que se encuentra sola, dibujando la mirada de los espectadores en su propia construcción, el trabajo de Müller incorpora un elemento de arte de performance. La artista suiza se centra en cada una de sus esculturas de tamaño natural de burbuja transparente a base de plástico, dando a las piezas una nueva dimensión y transformando el ambiente de cada instalación.
Victorine Müller, 31 de enero 1961 de Lostorf |
Mediante la combinación de performance y escultura, Müller ofrece una nueva manera de involucrar al público con las estructuras ordinarias. Mientras que ella no interactúa directamente con los espectadores, solo se sienta o permanece de pie tranquilamente dentro de los límites de sus figuras de PVC, sin duda hay un cambio en la atmósfera de una exposición de arte cuando otra persona está viva tranquilamente y te observa desde el interior de la burbuja de plástico en forma de un elefante gigante.
Línea del tiempo , Performance de 2005 |
Lo que quizás es más llamativo sobre el trabajo de Müller, además de la artista encerrada dentro de su medio elegido, es el espíritu que logra encarnar. Al optar por usar a menudo la forma de animales, la polifacética artista también hace una conexión con el reino animal. Es como si ella estuviera canalizando su espíritu animal cada vez que entra en una de sus transparentes creaciones.
Alas del destino, 2007 |
El arte moderno ha buscado innumerables formas para alterar la experiencia estética entre el espectador y la obra. Llevando esto al paroxismo, la artista Victorine Müller busca confrontar al público al aparecer ella misma dentro de sus esculturas, casi como si fuera una parodia de la metáfora de que el artista le imbuye su espíritu a su obra. Y es indudable que hay algo histriónico y lúdico en colocarse dentro de burbujas zoomórficas de plástico y mirar fijamente a los espectadores –sostener la mirada penetrante de esta artista que mezcla el performance con la escultura, no debe de ser cosa fácil.
Tiempo Vegetativo, 2007 |
Müller elabora multiformes estructuras de plástico las cuales sitúa en distintos lugares—un espíritu etéreo que podría ser un elfo se amalgama a un sotobosque; una ballena fantástica en la sala de un museo que asemeja un acuario; o un gigante de plástico, vagamente reptiloide, que se detiene sobre una vía de tren. La artista parece viajar en estos animales por el mundo, como si fueran los espíritus tutelares o naguales a través de los cuales desdobla su personalidad.
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