Oskar Kokoschka pintó el panel central del "Tríptico Prometeo", y las fotografías tomadas por Lee Miller en 1950 ofrecen una visión fascinante de la producción de Kokoschka y capturan una etapa crucial en la fase final del desarrollo de la obra. Sin embargo, estas fotografías de Miller van más allá de ser meras imágenes documentales. En cambio, muchas de las tomas presentan el trabajo de Kokoschka en los lienzos como un evento importante por derecho propio, algo que tanto el artista como el fotógrafo deben haber considerado apropiado dada la naturaleza monumental del tríptico en sí mismo.
Oskar Kokoschka (1886-1980) fue un pintor y poeta de origen austríaco, conocido principalmente por sus retratos y paisajes expresionistas. Nació el 1 de marzo del año 1886 en el seno de una humilde familia dedicada al arte de la orfebrería, que residía en la pequeña localidad austríaca de Pöchlarn, situada en la ribera del río Danubio. Como consecuencia de la gran industrialización a la que estaba siendo sometida gran parte de Centroeuropa por aquel entonces, sus allegados sufrieron una serie de graves problemas económicos que le llevaron a intentar buscar unas vías de renovación y reivindicación de la manufactura artesanal.
El monumental "Tríptico de Prometeo" mide ocho metros de ancho, es fruto de un encargo que le hizo en 1950 al pintor su compatriota, el coleccionista Antoine Seilern, un aristócrata emigrado como Kokoschka de su Austria natal en los años treinta.Seilern, que tenía el título de conde, compró a Kokoschka varias obras en Londres para su colección durante la Segunda Guerra Mundial, pero la idea de encargarle una pintura para uno de los techos de su domicilio del número 56 de Princes Gate no se le ocurrió hasta 1949.
A finales de ese año, Kokoschka había aceptado el encargo de pintar el panel central, que representa el Apocalipsis, y al que seguirían los dos laterales.
El panel central, que recuerda cualidades típicas del barroco como el movimiento vertiginoso de las masas y la intensidad emocional, es una especie de visión apocalíptica en la que los cuatro jinetes parecen surgir del infierno para cargar contra la especie humana.
El panel de la derecha representa a Prometeo desnudo y encadenado, su hígado devorado por un águila como castigo infligido por Zeus por haber osado desafiar a los dioses entregando el fuego a los humanos.
Por el contrario, el panel de la izquierda proporciona una cierta sensación de esperanza y regeneración: en él aparece Perséfone zafándose de las garras de Hades, ayudada por su madre, Deméter.
Kokoschka, que cambió sobre la marcha varios elementos y aun motivos del tríptico, se autorretrató en la figura de Hades, el rey del averno.
Bibliografía : https://elhurgador.blogspot.com