EL escultor, pintor y fotógrafo Constantin Brancusi (1876- 1857) Junto a Marcel Ducham, Tristan Tzara y Man Ray en su taller en el año 1921. En el 8 y 11 de Ronsin en el distrito 15 de París. Situado cerca de Montparnasse de Paris.
Desde 1916 hasta su muerte en 1957, Constantin Brancusi ocupó este taller que colindaba con otros talleres rodeado de pequeños callejones que le daban un carácter privado e íntimo.
En el 11 de Impasse Ronsin ocupó dos y luego tres talleres, cuyos tabiques derribó para formar las dos primeras salas en las que expondrá su obra. Entre los años 1936 a 1941 agregó otros dos espacios contiguos, que utilizó para trabajos en progreso, colocando allí su banco de trabajo y herramientas
Dijó Man Rey en el año 1963 que entrar en el estudio de Brancusi fue como entrar en otro mundo”. Su estudio parisino se convirtió en un lugar de encuentro de amigos, compañeros y estudiantes como Edward Steichen, Erik Satie o Amadeo Modigliani.
Durante los últimos años de su vida, se centró en su estudio, que vio como una instalación de arte, colocando y reposicionando cuidadosamente sus esculturas en el espacio. A su muerte, lo legó a Francia, aunque exigió que se mantuviera como está. Desde 1977, es posible visitar la réplica exacta cerca del Centro Pompidou de París.
El artista consagraba una parte importante de su tiempo a organizar la visitas de amigos, coleccionistas y amantes de su obra, deseosos de conocer un lugar casi legendario al que se podía acceder con una simple llamada telefónica. Y cultivaba estos afectos con una delicadeza exquisita, de acuerdo con una ceremonia siempre repetida y un tanto misteriosa, en la que, con una cortesía oriental, guiaba a sus invitados.
Su fama se consolidó en estos años y, en 1921, The Little Review le dedica un número especial.
Brancusi siempre se resistió a llevar una vida mundana y a exponer sus obras. A cambio convirtió su taller del Impasse Ronsin de Paris, un lugar de apariencia rural lleno de encanto, en su ámbito de exposición preferido, donde recibía a sus visitantes. y siempre junto a sus con sus perros Polar y Puiu
Con la eliminación de todos los atributos accesorios, evolucionó progresivamente hacia una mayor esencialidad formal para crear formas puras y elementales. En sus obras, Brancusi buscaba una belleza pura y espiritual, expresada a través de sus figuras favoritas (el pájaro, el huevo, las cabezas femeninas) y resaltada mediante el pulido de los materiales (bronce, mármol y, ocasionalmente, madera). Realizó varios viajes a Estados Unidos, donde celebró con éxito exposiciones personales.
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