Edward Okuń (1872–1945) fue un pintor polaco, nació en una familia noble, pero muy temprano se quedó huérfano. Por ello tuvo que crecer con sus abuelos maternos, aunque heredó una gran fortuna. Pronto comienza a tomar lecciones con los mejores pintores y va aprendiendo el oficio, para el que parecía tener gran talento.
Pintó paisajes y retratos, ilustró libros y diseñó portadas para revistas, como por ejemplo la alemana «Jugend»,altavoz del movimiento. Su estilo de el Art Nouveau, un estilo artístico que se desarrolló en Europa durante finales del siglo XIX y principios del XX. Un nuevo concepto que llegó para cambiar las ideas preconcebidas adaptándose a una vida más moderna, inspirándose en las formas de la naturaleza y el mundo vegetal.
En 1891 empieza en la escuela de dibujo de Varsovia, y más tarde continúa estos estudios en Munich y París. Vivió en Hungría y sobre todo en Roma, donde pasó 20 años de su vida fascinado por una ciudad tan artística. En esos años se introdujo en la masonería.
A los años 20, Okuń regresó a Polonia y se estableció en Varsovia, trabajando como profesor en la Escuela de Bellas Artes. Ahí vivió hasta que lo pilló la Segunda Guerra Mundia, y en Polonoa, como todos sabemos, la guerra fue bastante dura. Moriría justo el año en el que acaba la contienda
El concepto de su obra rupturista basado en la imaginación que introdujo nuevos modelos de construcción con materiales hasta el momento desconocidos .Pero con un gran influencia de en el movimiento inglés Arts & Crafts (‘artes y oficios’), fundado por William Morris en 1861, el cual revalorizaba la artesanía tradicional y la naturaleza en contra de la creciente industrialización.
El art nouveau también valoró las artes aplicadas y la naturaleza, pero a diferencia del Arts ands Crafts, aprovechó los materiales y técnicas disponibles en la era industrial para crear un estilo moderno