"El Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga" obra de Antonio Gisbert Pérez (1834-1901) realizada entre los años 1887 y 1888 y con unas dimensiones de 390 × 601 cm. Actualmente se conserva en el Museo del Prado de Madrid_ España.
Desde muy joven mostró su afición por la pintura. A los catorce años se trasladó a Madrid para buscar fortuna. Su vida se divide en dos fases claramente diferenciadas: la primera de ellas se refiere al período en que vivió en Madrid y como pensionado en Roma, y la segunda corresponde a su estancia en París.
Durante su presencia en Madrid fue alumno de la Academia de San Fernando (1846) donde trabajó a las órdenes de José de Madrazo y Agudo. En 1854 hizo oposición para obtener una plaza de pensionado en Roma y obtuvo el segundo lugar, se presentó un año más tarde y consiguió por fin dicha plaza.
Autorretrato |
Gisbert representa una tendencia pictórica de la segunda mitad del siglo XIX, la pintura de grandes acontecimientos en relación con la historia de cada país. Es la «pintura de historia» o «realismo retrospectivo», pues pretende representar con realismo hechos del pasado histórico nacional.
En 1873 Antonio Gisbert deja la dirección del Prado y se instala en Paris, allí, lejos de seguir la corriente impresionista en auge, pinta cuadros amables y sin seguir ninguna corriente al uso.
En 1888, un Gisbert ya maduro (57 años) recibe el encargo de pintar la que es sin duda considerada su mejor obra, , “El fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en la playa de Málaga”.
Torrijos, un general liberal que pretendió montar un levantamiento contra Fernando VII, es traicionado, haciéndole navegar desde Gibraltar hacia Málaga donde le prometen que las tropas de la ciudad se unirán a su causa, durante el viaje su barco es abordado por barcos de guerra y obligados a desembarcar en Fuengirola donde son hechos prisioneros el día 01 de Diciembre de 1831, el día 11 Torrijos y 48 compañeros fueron fusilados, sin ningún tipo de juicio, en la playa de San Andrés de Málaga.
Lo curioso es que Torrijos era un liberal y Gisbert también y fue encargado de este trabajo mientras vivía y trabajaba en Paris en 1888, durante la Regencia de María Cristina, por el también liberal Praxedes Mateo Sagasta.
¿Qué había ocurrido con este humanista que había alcanzado el grado de general con tan sólo 23 años? ¿Por qué se disputaban sus habilidades como estratega Wellington y Suchet? Todos querían “ficharlo” y nadie quería tenerlo como enemigo, habida cuenta de que sus portentosas habilidades en el campo de batalla conducían a sus adversarios a severas derrotas.
Torrijos era irreductible e incorregible. Vía París y Marsella, se dirigió hacia Gibraltar para desde allá volver a la carga. La idea era desembarcar en algún lugar de la costa sur de España y sincronizar un levantamiento en otros lugares del país. En una zafia maniobra orquestada por la inteligencia militar del capitán general de Andalucía, utilizarían al gobernador de Málaga al que impulsarían a mantener una correspondencia artificial con objeto de atraerle hacia una emboscada mortal por necesidad, como así fue.
La obra es de una composición sencilla pero efectista y realizada con un dibujo crudo y firme que se ajusta a los más puros cánones académicos. El encuadre se muestra casi como el de una fotografía, una instantánea captada en el momento, como demuestra el hecho de dejar fuera del marco a algunos de los cuerpos caídos. Los colores, fríos y apagados, transmiten sensación de tristeza tanto por lo desapacible del día como por los luctuosos sucesos que están a punto de suceder.
Destacable es también la maestría de Gisbert para plasmar en los rostros y gestos de los condenados todo tipo de emociones diferentes. Resignación, miedo, valentía, desafío... se reconocen perfectamente en las expresiones de los hombres que están a punto de ser ejecutados.
Bibliografía : https://www.elconfidencial.com
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