"Una jovencita y su perro", obra de Joshua Reynolds, fue realizada en el año 1780 y con unas dimensiones de 77,5 x 63,5 cm. Actuañmente se encuentra en Fuji Aft Museum en Tokyo _ Japón.
El pintor inglés Joshuah Reynolds, (1723 _1792), quizá con un punto de exageración, que es el mejor pintor británico de todos los tiempos. Lo que no admite duda es su condición de mejor retratista británico de la historia.
El estudio de la pintura de los siglos XVI y XVII, y también la de los clásicos que realizó fundamentalmente en Roma, resultó decisivo para su evolución posterior, en particular para la creación y desarrollo de lo que denominó grand style, que no es sino dotar a los modelos de sus retratos de actitudes inspiradas en obras religiosas o mitológicas del pasado y adoptar para sus obras soluciones cromáticas extraídas de los grandes maestros de la pintura. De hecho, el propio Reynolds alcanzó en el año 1768 el cargo de primer presidente de la Royal Academy of Art.
La Revolución industrial inglesa de la segunda mitad del siglo XVIII cambió de una manera significativa el orden social y estableció una nueva relación entre la burguesía y el arte.
La clase media fue la que encargaba ahora los retratos a los artistas y estos vieron abierto un camino para mostrar su estilo de una manera más libre y menos comprometida que los artistas que anteriores.
Quizá, cautivada por el tratamiento que hizo Reynols del retrato infantil, de una forma amable, llena de ternura que puede llevar al espectador a sentir algo especial hacia la infancia, que incluso le llegue a arrancar una sonrisa silenciosa mientras la contempla.
Reynols fue insuperable en las cautivadoras representaciones de niños en sus retratos.
La fantasía, la ligereza del toque,la sabia dosificación de la luz y la risueña frescura en la mirada de la niña son una alternativa en los retratos de los aristrócatas empaquetados en sus ropas rígidas y sin soltura.
Pero no queda todo en la niña, el perro es tan protagonista como ella...quizá está pidiendo una ayuda para salir de esos bracitos que con cariño están dejándole casi sin poder coger aire.
La figura del perro es la mejor iconografía de la fidelidad, del no abandonar corriendo y dejar sola a la persona que le está apretando con la inocencia graciosa
que se delata en el brillo de los ojos y el gesto de la boca.
En este retrato, además se puede apreciar el romanticismo, en un paisaje un tanto fantástico y algo misterioso, que desde luego queda en segundo orden porque la niña y el perro son los auténticos protagonistas.
Son muchos los retratos que en la Historia del Arte ha despertado el interés de los que los han contemplado, pero sentirse cautivado por un retrato no es tan fácil, en realidad es cuestión de encontrar tras ese retrato la mano de limitado para mostrar la dignidad del personaje, como es el caso de esta obra que os he comentado.
En todas estas obras se puede apreciar la extraordinaria habilidad que poseía Reynolds como dibujante, ya que su dibujo es tremendamente seguro y le sirve para plasmar la personalidad de cada uno de los retratados, bien sean niños o cualquiera de los muchos adultos de la refinada alta sociedad inglesa que posaron para él. Así como su portentoso dibujo también se manifiesta en los propios autorretratos que se realizó, como el que se hizo en 1789 cuando ya era un anciano, con poca vista.
Bibliografía : http://pincelyburil.blogspot.com
Biografía y obras en ArteHistoria