"La Niniera y la niña" obra de Eva Carola Jeanne Emmanuela Antoinette Gonzalez, fue realizada entre los años 1877 a 1878 y con unas dimensiones de 814 x 650 cm. Actualmente se encuentra en National Gallery of Art Washington, DC _ Estados Unidos.
Eva Carola Jeanne Emmanuela Antoinette Gonzàles nació en París el 19 de abril de 1849 en el seno de una familia burguesa de origen español y monegasco. Su padre, Emmanuel Gonzalès, era novelista, redactor del periódico Le Siècle y fundador de La revue de France. Su madre, Marie Céline Ragut, era una reputada música de origen belga. Eva recibió una esmerada educación y creció rodeada de la más exquisita intelectualidad de París.
Tuvo una vida breve. El nacimiento de su hija terminó con una de las pintoras impresionistas más importantes de la historia. Pupila de Chaplin y Manet, Gonzalès aprendió de los más grandes y acabó definiendo un estilo propio que la muerte se encargó de truncar. Durante décadas fue recordada exclusivamente por su labor como modelo de los pintores impresionistas franceses pero poco a poco su figura como pintora va siendo recuperada. Su obra se expone en algunas de las principales pinacotecas del mundo.
En sus primeras obras, es clara la influencia de su maestro, Manet, aunque luego desarrollará un estilo propio más luminoso y apastelado con referencias impresionistas. Muy temprano, Eva demostró inclinación y aptitudes hacia la pintura, por lo que su familia decidió inscribirla a los dieciséis años en el taller del pintor académico Charles Joshua Chaplin, quien desarrollaba un programa para mujeres en su estudio (más tarde también acudiría Mary Cassatt).
Eva Gonzalés comenzó su andadura artística con composiciones formales y paisajes. Aún siendo alumna de Manet, expuso en el Salón de París de 1870 una pintura de carácter realista, inspirada en un cuadro de su maestro, titulada “El pequeño soldado”.
La influencia de Manet en la pintura de Eva es visible hasta 1872. A partir de ese momento, su estilo se vuelve más personal.
Al igual que los pintores impresionistas, en boga en esos años, Eva se inclinará por los temas contemporáneos, sencillos y las escenas íntimas y de interior en sus composiciones. Algunos de sus familiares, sobre todo su hermana Jeanne, le servirán como modelos en sus cuadros.
Por influencia de Degás se especializará en obras al pastel, técnica que le permitirá realizar trabajos con colores mucho más suaves y formas tamizadas. De esta época, 1874, es su célebre “Mañana Rosa”, donde desarrolló la temática intimista que caracteriza al impresionismo. También del mismo año es su “Palco en el Teatro”, tema este, el del mundo del espectáculo y la noche parisina, que muestran con avidez sus colegas varones en sus obras.
Manet realizará un retrato de Eva Gonzalés (1870) en la que se la muestra sentada y pintando una naturaleza muerta.
Aunque los datos no son del todo fiables, la historiografía cuenta que la llegada de Eva al taller de Manet provocará una tensa relación con la también pintora, alumna y modelo de Manet, Berthe Morisot.