lunes, 12 de agosto de 2013

Gran Mezquita de Djenné

La Gran Mezquita de Djenné es el mayor edificio sagrado hecho de barro del mundo, y también el mayor hecho de este material de una sola pieza, con una superficie de 75×75m (5 625m²) y está considerada una cumbre de la arquitectura sudanesa-saheliana. La mezquita está en el centro de la pequeña ciudad de Djenné, Malí, en el delta interior del río Níger. Es uno de los monumentos más conocidos de África y desde 1988 está considerada, junto con el casco antiguo de Djenné, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.


La Mezquita de Djenné 

Se trata del monumento más soberbio e impresionante de Djenné. Fue construido por los baris, casta de constructores trashumantes, sabios iletrados que transmitieron su conocimiento de padres a hijos. Su teoría era que los edificios no los construían sino que los soñaban y, posteriormente, los levantaban. Su material principal es el barro, mezcla de paja, arcilla y aceite, y sus contornos sinuosos son herencia de una antigua y misteriosa sabiduría.


Vista aérea de La Mezquita de Djenné


El edificio que se puede observar hoy día fue levantado hace menos de un siglo (1905 - 1907), en el mismo lugar donde se situaba el anterior, de principios del siglo XIII. Cuenta la leyenda que en este mismo lugar existía un palacio del siglo XIII que, cuando el rey soninka Koi Kunboro se convirtió al Islam, destruyó para construir una mezquita sobre él. Muy llamativas son las tres torres rematadas en huevos de avestruz que sobresalen de la fachada y dominan toda la ciudad.


Detalle de la Mezquita de Djenné


Los muros de la Gran Mezquita están confeccionados con ladrillos de barro llamados Ferey, recubiertos con un revoque de barro que le da al edificio su aspecto regular y homogéneo. Los haces de ramas de palma que asoman en el exterior fueron incluidos en el edificio para reducir el agrietamiento que causan los frecuentes y drásticos cambios de temperatura y de humedad. También sirven de improvisados andamios para las reparaciones de mantenimiento que se llevan a cabo cada año.

Los haces de ramas de palma de la Mezquita


Estas paredes aíslan el edificio del calor durante el día; de igual modo, al caer la noche protegen el interior del frío del desierto, ya que han absorbido suficiente calor. Para proteger la Gran Mezquita de daños por agua, en particular, por las inundaciones del río Bani, toda la estructura se construyó sobre una plataforma elevada de 3 metros de altura. Un conjunto de seis escaleras, cada una decorada con pináculos, conduce a la entrada de la mezquita.


Vista del interior 


En el interior nos adentramos en un pasadizo que nos llevó hasta la sala cubierta de las oraciones. Ésta estaba formada por centenares de gruesos pilares que emulaban un bosque de árboles gigantescos. La oscuridad se apodera del todo. 




Impresionante video de cómo el pueblo maliense cuida su patrimonio cultural sin ningún afán económico. 

lunes, 5 de agosto de 2013

La Manhattan de la época medieval

San Gimignano, Siena (Italia)


Vista general de San Gimignano

Este pueblo medieval tiene como escenario un paisaje mágico e incomparable. La ciudad entera es un museo viviente compuesto de arquitectura medieval; y su estilo parece salido de un libro de cuentos antiguo. San Gimignano tiene el estilo y los tesoros de un típico pueblo amurallado; sus torres y calles angostas. Muchos la llaman la Manhattan de la época medieval, y de las 72 torres que había en la antigüedad, hoy quedan tan solo 14, las veréis sin duda desde la lejanía a medida que os vais acercando a esta localidad. Las torres fueron construidas por las familias ricas para sellar asi su riqueza y sus victorias en las luchas por el poder.


Plaza de Vernaccia


La historia del pueblo de San Gimignano data del siglo III, cuando se establecieron allí sus primeros habitantes, los etruscos. La primera vez que se lo mencionó, al menos según lo que figura en los registros, fue en el siglo X, cuando recibió su nombre en honor al obispo San Geminianus, obispo de Modena, quien se cree que salvó a la ciudad de los Hunos envolviéndola en un velo de niebla.

Al estar ubicado en la Vía Francígena, se convirtió en un lugar de parada para los peregrinos que se dirigían al Vaticano y a Roma durante la época medieval y el Renacentismo. Esto ayudó a San Gimignano a progresar más allá de la agricultura.


Banderas azules durante el Festival de la cosecha "Ferie delle Messi"

Acudir al pequeño pueblo de San Gimignano es trasladarse al pasado con aroma a presente. El visitante queda impresionado ante esos perfiles (el más alto, de cincuenta y cuatro metros) impensables para una población de la Edad Media. La localidad ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como parte de los cuarenta y un sitios que tiene el país transalpino dentro de la Lista de Patrimonio Mundial. Por todo ello, San Gimignano se convierte en una parada imprescindible en cualquier recorrido por la toscana italiana.


Torres gemelas de San Gimignano

La Torre del Diablo es una de las catorce torres que quedan en pie, se encuentra en el lado norte de la Piazza della Cisterna y perteneció al palacio de Cortesi. Fue llamada así porque, según la leyenda, su propietario, tras regresar de un largo viaje, se la encontró más alta que cuando se había ido, y pensó en ese momento que había sido el mismísimo diablo el autor de la transformación.

La Torre Chigi, a pesar de no estar entre las más altas, es una de las más bellas y reconocidas, se encuentra en la Piazza del Duomo, y pertenecía a la familia Useppi.

La Torre Grossa (Torre mayor) es llamada así por ser la más alta de San Gimignano y también se encuentra en la Piazza del Duomo, detrás del nuevo palacio del Podestà. El proyecto se inició exactamente 21 de agosto 1300, y se terminó en 1311. Se encuentra a 54 metros de altura y es la única en la que se permite el acceso del público. Desde su cima se observan unas magníficas vistas de la ciudad y sus alrededores.