lunes, 25 de septiembre de 2017

El castillo secreto de Gaudí



La Torre Bellesguard es una de las obras más desconocidas y fascinantes de Antoni Gaudí. Se trata de una casa particular construida entre los años 1900 a 1909 por el genio modernista, la Casa Figueras (su nombre oficial) que parece un castillo medieval que está en la parte alta de Barcelona _ España

El lugar ha estado cerrado al público durante años, pero en agosto del año 2013, la familia Guilera que la habita (la familia Guilera es la propietaria de la Torre Bellesguard desde 1944), quería dar a conocer.



El edificio es una mezcla espectacular de modernismo y gótico que rinde homenaje al castillo medieval que estaba en este mismo lugar. Era la residencia de verano del legendario rey de la Corona de Aragón Martí l’Humà, pero tras su muerte entró en decadencia y fue abandonado.


La cuestión es que cuando Gaudí recibió el encargo de la familia Figueras aprovechó las estructuras existentes para dar luz a una casa de estilo neogótico en la que la naturaleza y la arquitectura se funden en uno, y todo rodeado por un muro con almenas espectaculares. Cruzar el umbral es penetrar en un espacio desconocido para el público en general y un espacio de cuento de hadas que forma parte de las mejores rutas modernistas. 


Las vicisitudes del tiempo no le son extrañas a la Torre Bellesguard. De casa familiar pasó a ser un orfanato durante la Guerra Civil (cuando se perdió buena parte del mobiliario original, diseñado por el mismo Gaudí), para luego reconvertirse en los años 40 en un hospital… hasta que la actual familia propietaria, los Guilera, decidieron recuperar su uso original como residencia particular. La Torre Bellesguard es el único trabajo en el que Gaudí gozó de libertad absoluta para crear y es por eso uno de los más importantes de su carrera, que rinde homenaje a la historia y la tradición de Cataluña.


El punto central del misterio de la personalidad de Gaudí reside precisamente en la capacidad innata para descubrir, revelar y recrear un universo entero. Y además señalaremos que la originalidad de Gaudí no tiene orígenes meramente terrenos, meramente intelectuales o instintivos. Mejor que razones de su destino , que las influencias de su educación , lo que debió aproximarle a Dios hasta convertirse en un místico , en un beato, debió de ser el vivo descubrimiento de un factor divino que residía en su interior


No hay duda y esto ratifica la complejidad intrínseca de Gaudí, que otras corrientes ideológicas muy distintas convergían en su pensamiento. Así la tendencia espiritualista, que tuvo raíces célticas del prerrafaelismo inglés ( la Prerrafaelista Brotherland que fue fundada en 1848 ) y que a través del movimiento " Arts and Crafts " de William Morris de 1861, renovado por Ahibee en 1888 y de los arquitectos y decoradores de la escuela de Glasgow, no dejó de llegar a Cataluña para ejercer una duradera influencia.


En esta etapa Gaudí se inspiró sobre todo en el arte gótico medieval, el cual asume de forma libre, personal, intentando mejorar sus soluciones estructurales. El neogótico fue en aquella época uno de los estilos historicistas de mayor éxito, sobre todo a raíz de los estudios teóricos de Viollet-le-Duc. Gaudí estudió con profundidad el gótico catalán, En sus obras elimina la necesidad de contrafuertes mediante el empleo de superficies regladas, y suprime cresterías y calados excesivos.


Siete de las obras de Gaudí han sido declaradas por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad: en el año 1984 y la declaración de Patrimonio Mundial de estas obras de Gaudí supone reconocer su valor universal excepcional. De acuerdo con sus Criterios de evaluación del Valor Universal Excepcional.







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